Los presos políticos saharauis en
las cárceles marroquíes sufren un deterioro de su estado de salud como
resultado de la negligencia y de los malos tratos infligidos como castigo
colectivo contra todas aquellas personas que defienden la autodeterminación y
el respeto de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Es el caso de los
presos saharauis en la cárcel de Tiznit (sur de Marruecos) quienes han hecho
llegar a la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis
(AFAPREDESA) sus quejas al respeto.
Los presos políticos saharauis en Tiznit son el objeto de numerosas y repetidas actuaciones violatorias de las mínimas garantías del trato que debe darse a los presos. Los malos tratos a los que son constantemente sometidos los presos políticos saharauis son llevados a cabo bajo la supervisión directa del propio director de la cárcel: el denominado Mailoud Azouli, así como varios de sus ayudantes directos, entre ellos: Anasour Ahmed, Tarek Doukali, Bazza Jamal, El Manouni Mohamed Banana Hassan et Cherif Arbi Alaoui.
Como consecuencia de ello, los presos políticos saharauis que languidecen en esta prisión están afectados por diversas enfermedades:
Los presos políticos saharauis en Tiznit son el objeto de numerosas y repetidas actuaciones violatorias de las mínimas garantías del trato que debe darse a los presos. Los malos tratos a los que son constantemente sometidos los presos políticos saharauis son llevados a cabo bajo la supervisión directa del propio director de la cárcel: el denominado Mailoud Azouli, así como varios de sus ayudantes directos, entre ellos: Anasour Ahmed, Tarek Doukali, Bazza Jamal, El Manouni Mohamed Banana Hassan et Cherif Arbi Alaoui.
Como consecuencia de ello, los presos políticos saharauis que languidecen en esta prisión están afectados por diversas enfermedades:
Lehmam Salama: sufre
constantemente dolores fuertes a nivel de los riñones y de las articulaciones,
sin ser atendido por un médico.
El Hassan
Mohamed El Hassan: dolores fuerte a nivel del estomago, el tórax, sensibilidad al humo que
se desprende de las quemas de basura de la ciudad que se amontona en las
proximidades de la cárcel.
Bouamoud Ali: dolores
fuertes en la pierna izquierda y pérdida de conocimiento de vez en cuando, sin
ser atendido por un médico.
Sibai Ahmed Fal: dolores
fuertes al nivel del tórax y de las articulaciones.
Lemghaimima
Brahim: dolores al nivel del estómago y dificultad para respirar.
Mahjoub Ailal: dolores
agudos en diferentes parte del cuerpo, sin posibilidad de ser examinado por un
médico.
A todo ello se añaden numerosas
violaciones a sus derechos como presos políticos: inspecciones continuas e
injustificadas tanto de día como de noche, llegando a despertar a los presos
(solo saharauis) bajo el pretexto de saber si están allí. Cada inspección es
acompañada con malos tratos (golpean a los presos con porras y con las botas).
Introducción de varios de ellos en la celda de aislamiento (denomina CACHOT),
sin ninguna razón excepto su identidad saharaui. Insultos y escupidos
frecuentes acusándoles de traidores. Confiscación de los pocos libros,
periódicos o revistas que las familias logran introducir durante las visitas
así como robo de dinero u objetos personales durante cada inspección.
Todas estas actuaciones son llevadas a cabo bajo la supervisión directa del propio director de la cárcel y sus ayudantes. También sus familiares sufren constantes y repetidas humillaciones, provocaciones e insultos. Antes de las visitas, les dejan durante horas frente a la cárcel, les someten a registros humillantes a menudo acompañados de insultos.
En reiteradas ocasiones, la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA) denuncia las difíciles condiciones impuestas a los presos saharauis en las cárceles marroquíes sin que las autoridades marroquíes hayan cambiado nada de sus actuaciones violatorias de los derechos humanos. En particular, aquellas actuaciones marroquíes que violan las “Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos” adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977. También infringen “los Principios básicos para el tratamiento de los reclusos” adoptados y proclamados por la Asamblea General en su resolución 45/111, del 14 de diciembre de 1990. Ambos documentos reafirman el derecho de cada preso al “acceso a los servicios de salud de que disponga el país, sin discriminación por su condición jurídica”.
El Reino de Marruecos sigue siendo el país en el que ningún organismo internacional puede visitar las cárceles, en particular aquellas donde son encarcelados los presos políticos saharauis.
Hecho en los campamentos de refugiados saharauis, a 26 de marzo de 2012